Alguien me hablo todos los días de mi vida
al oído, despacio, lentamente.
Me dijo: vive, vive, vive!
Era la muerte.
Jaime Sabines
Tener miedo de morir y tener miedo de vivir, me resultan casi la misma cosa.
Me ha tocado acompañar a seres queridos muy cercanos en su pasaje a los otros planos. Las experiencias fueron intensas, dolorosas, alegres, tristes, plenas. Esas vivencias cambiaron mi vida para siempre.
De alguna manera, siento que la conciencia de la muerte me permite vivir con mayor conciencia mi vida. Cuando no sé qué decisión tomar, me imagino qué sería más importante para mí si supiera que al día siguiente voy a morir. Esa sola pregunta me ha facilitado tantas decisiones, tantos desapegos, tanta libertad.
La propuesta de hoy sé que es osada. Pero si por un instante te permitís conectar con la muerte, con la posibilidad de tu muerte y te animas a ver todo lo que te muestra, vas a tener un panorama muy claro de dónde estás parado/a ahora. Te propongo experimentar qué te pasa si probas agradecerle.
Yo estoy profundamente agradecida a la muerte. Para mí es una gran maestra.
Yo estoy profundamente agradecida a la muerte. Para mí es una gran maestra.
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